CINEASTA CON ALMA DANZANTE
Alcances, el festival de cine documental de Cádiz, rinde homenaje a Arantxa Aguirre con una retrospectiva de su obra, que se verá en septiembre próximo. Lee más...
Texto_REDACCIÓN
Madrid, 16 de agosto de 2021
Su película más reciente, Zurbarán y sus doce hijos, se adentra en la figura del genio barroco. Sus dos libros, Buñuel, lector de Galdós y 34 actores hablan de su oficio, abordan el cine, la literatura y el arte de la interpretación. Ha sido asistente de dirección de luminarias que van desde Basilio Martín Patino y Pedro Almodóvar, a Carlos Saura y Berlanga, pero la más auténtica y verdadera pasión de la madrileña Arantxa Aguirre como realizadora es la danza.
Ha mantenido una relación estrecha y larga con el Ballet Béjart Lausanne, de donde han extraído historias fabulosas que ha contado con sensibilidad desde su cámara, y es notable su peculiar manera de aproximarse a la danza desde el documental. Así quedará ratificado en la 53º edición de Alcances, el festival de cine documental de Cádiz, que se prosterna ante la cineasta, rindiéndole un homenaje durante la jornada de clausura y programando una retrospectiva de su obra entre el 24 de septiembre y el 2 de octubre, fechas de realización del encuentro gaditano con el documental.
Tres películas, muy distintas entre sí, ha filmado Aguirre con el potente equipo de Lausanne, que hace apenas unas semanas estuvo bailando en el Festival de Peralada. El esfuerzo y el ánimo (en la foto, 2011) recoge con verdadera sensibilidad un momento clave de la compañía que, por un lado, debía recuperarse del golpe que supuso la muerte de su alma mater en 2007, y por otro, mirar al futuro, redefinirse y reinventarse a sí misma. Tuvo gran receptividad y se hizo, entre otros, con el Premio Cindans, la prestigiosa competición de cine de danza de Ámsterdam.
En otro tono, Dancing Beethoven (2016) supuso un viaje por los entresijos del complejo remontaje de una superproducción de Béjart, su versión monumental de la Novena de Beethoven, en la que participaron el Ballet Béjart y el Ballet de Tokio, junto a la Filarmónica de Israel bajo la batuta de Zubin Mehta.
Entre los años 2010 y 2011, Arantxa Aguirre estuvo pegada como una sombra al Ballet Béjart. Registró su gira por China y las presentaciones de la compañía en el Palais Garnier, de París, y realizó también su documental Una americana en París, en el que registra el debut en la agrupación de la bailarina norteamericana Kathleen Thielhelm.
Más tarde, en 2014, la realizadora reunió otros talentos en su película Una rosa para Soler, homenaje al padre Antonio Soler, compositor del siglo XVIII, para el que involucró a la destacada bailarina Lucía Lacarra, la Compañía Nacional de Danza, la pianista Rosa Torres-Pardo y la cantaora Rocío Márquez.
El homenaje y la retrospectiva de Alcances a Arantxa Aguirre pondrán en relieve las aportaciones hechas por una realizadora con alma danzante al cine de danza de nuestros país.