INFLUJO AMERICANO
La CND presentó anoche en Teatros del Canal un programa triple, que incluyó el estreno de 'Passengers Whitin', de Joaquín de Luz. Así lo vimos…
Texto_OMAR KHAN Fotos_ALBA MURIEL
Madrid, 02 de diciembre de 2022
La efectividad de Passengers Whitin (en la foto), la creación que Joaquín de Luz, director de la Compañía Nacional de Danza (CND), estrenó anoche con el ente público en Teatros del Canal reside, principalmente, en la interdependencia de los elementos que la componen. Blanca, limpia y elegante, la coreografía se mueve incesante en un espacio con sensación de amplitud, que se crea en complicidad con la iluminación, acertada y expresiva, de Nicolas Fischtel, todo bajo el ritmo obstinado, trepidante e imponente de la música de Philip Glass, que es en realidad la conductora del conjunto, pues todo se mueve aquí bajo su mandato.
La musicalidad es así motor de los cuerpos en esta obra coral dividida en distintas secciones. La temática, que tiene que ver con el ritmo absurdo y desbocado que llevamos en las sociedades actuales, se manifiesta quizá en cierta sensación de emergencia, pero la obra se despliega más bien como una creación abstracta.
Independientemente de los méritos de su buena factura y poder de seducción, Passengers Whitin no parece una obra de hoy. Acusa unos registros más en consonancia con el ballet que imperaba en los ochenta y noventa del siglo pasado, percepción acentuada por la música de Glass, quien junto a Arvo Pärt, fue el compositor para ballet de moda en aquella época. Esta estética, para algunos conocida como ballet moderno y para otros, ballet contemporáneo, tuvo especial impacto y calado en Estados Unidos, donde se quedó cómodamente anclada hasta hoy, mientras Europa rápidamente iba evolucionando hacia otras formas, dando cabida y lugar a otras voces a lo mejor más críticas y conectadas con el mundo real, con coreógrafos quizá menos musicales y decididamente negados a una abstracción esteticista pura y dura vinculada a las formas. No olvidar que William Forsythe, siendo americano, triunfó en Alemania.
Made in USA
Esto nos lleva no solamente al resto del programa de la CND de ayer sino al sello que Joaquín de Luz ha impreso en el colectivo nacional. Where you are, I feel, de Valentino Zucchetti y Love Fear Loss, del brasilero Ricardo Amarante, acusan la misma estética, gusto e intenciones. Se decantan ambas por la musicalidad de los cuerpos y son creaciones prácticamente abstractas, centradas en el goce de bailar y ver bailar. La pieza de Zucchetti, siendo estreno absoluto, es la que luce más desfasada y antigua de todo el conjunto. La compañía responde a las exigencias. Está en un buen momento, especialmente el equipo masculino, y tiene solistas de altura (las tres parejas de la muy delicada obra de Amarante, en la foto, lo demuestran). Pero lógicamente, bailan lo que se les pide.
Joaquín de Luz se ha traído a la CND la estética y gustos estadounidenses, tan apegados a su propia tradición (que va a contracorriente de la de Europa) y a una política conservadora de cero riesgo. No hay que olvidar que él viene del New York City Ballet (NYCB), que es la casa de Balanchine, orgullo y logro del ballet americano. La compañía bajo su égida se va inclinando cada vez más hacia las formas y fórmulas que triunfan y son eficaces en USA, con coreógrafos por allá tremendamente venerados y por aquí no tanto. Basta enumerar el listado de creadores de la temporada actual para verificarlo: Balanchine, por supuesto, Peter Martins, ex director del NYCB, Justin Peck, actual coreógrafo estrella de la compañía neoyorquina, Jerome Robbins, Twyla Tharp, Alexei Ratmansky, Christopher Wheeldon…
El nuevo programa de la CND se podrá ver hasta el día 08 de diciembre en la Sala Roja, de los Teatros del Canal.