FALLECE TINO FERNÁNDEZ
El coreógrafo asturiano y su compañía L’Explose fueron emblemáticos de la nueva danza que se ha gestado en Bogotá durante los últimos 25 años
Madrid, 18 de enero de 2010
La danza colombiana ha perdido un impulsor. Ayer, 17 de enero, en una clínica de Bogotá, fallecía Tino Fernández (Navia, Asturias, 1962), director la compañía L’Explose, debido a deficiencias linfáticas. Asturiano de nacimiento, Fernández se aventuró joven a llevar su danza a París, donde tras numerosas experiencias fundó en 1991 su propia compañía L’Explose, que trasladó en 1996 a Bogotá. En el país latinoamericano sorprendió su vocación de vanguardia y su danza visualmente seductora. A lo largo de los años asentó su lenguaje en más de 30 producciones, que giraron imparables por Colombia, Latinoamérica, Europa y el mundo.
El árido paisaje de la danza contemporánea colombiana hace 25 años fue un terreno de exploración y búsqueda para Fernández, que terminó convirtiendo a L’Explose en buque insignia de la nueva danza colombiana. Representó al país en innumerables festivales internacionales y puso a Colombia en el mapa de la creación de danza contemporánea internacional.
En 2008 L’Explose inauguró en Bogotá La Factoría, un espacio para impulsar la creación, y en 2009 instauró el festival bienal Impulsos, danza y cuerpos de hoy, que apostó siempre por la investigación y exhibición de trabajos que se movían bajo la impronta de los nuevos de lenguajes.
Los objetos y un marcado interés por la puesta en escena, el mundo de la mujer, y temáticas como la soledad y el desarraigo fueron constantes en la obra de Tino Fernández para L’Explose. De sus trabajos probablemente quede para la memoria La mirada del avestruz, una mirada peculiar, ajena y propia a un tiempo, sobre la idiosincrasia y problemática de Colombia, alrededor de asuntos como la violencia.
Una de las últimas visitas de L’Explose a nuestro país fue en 2013 con motivo de la presentación de su creación Diario de una crucifixión en el Festival Iberoamericano de Teatro de Cádiz y el Festival Madrid en Danza. Se trataba de un solo inspirado en el Retrato de Inocencio X, de Francis Bacon, una obra en cierto modo desgarradora y definitivamente ejemplar de los modos escénicos de Tino Fernández.