ALMAS MELLIZAS
Israel Galván y El Niño de Elche sacuden esta semana el escenario del Centro Condeduque con su propuesta de flamenco trasgresor. Lee más…
Madrid, 26 de abril de 2021
Sorprendidos y atónitos quedaron los japoneses en 2019 con el estreno en Tokio de Mellizo doble. Esta semana, del 29 de abril al 1 de mayo, será el turno de Madrid, cuando se presente en el Centro de Cultura Contemporánea Condeduque esta propuesta artística del todo inusual que reúne a dos rupturistas del baile y el cante flamenco: el bailaor Israel Galván y el cantaor El Niño de Elche. Sus éxitos han corrido en paralelo. El coreógrafo es considerado El Niño de Elche de la danza. El cantaor, el Galván del cante. Los dos siempre han estado conectados, vinculados e identificados con las vanguardias, donde pisan firme y nadan a sus anchas. Parecía lógico que se juntaran.
Y no es la primera vez. El bailaor invitó al cantaor a su espectáculo La fiesta. El cantaor se llevó al bailaor en la promoción de su disco Antología del cante flamenco heterodoxo. Juntos ya habían ideado Las coplas mecánicas, una performance de infarto alojada en un festival tan, en apariencia, ajeno a su mundo como el Sónar.
Todos estos antecedentes ya anunciaban un espectáculo como Mellizo doble, colaboración conjunta de envergadura en la que los dos huracanados artistas se embarcan en un viaje con billete de regreso hacia las esencias mismas de su arte, los orígenes del baile y el cante flamencos, pero nunca como un fin en sí mismo sino como un impulso, usándolos como el único resorte y soporte posible que les traerá de nuevo, pero por otra ruta, hacia su hábitat natural ubicado en la rebelión, la ruptura y la reinvención. Una manera nueva de entender el flamenco, de bailarlo y cantarlo, que ellos mismos llaman “traicional” porque sienten que se gesta en la traición a la tradición.
Hacer añicos el imaginario flamenco al completo, recoger los trozos y recomponerlo todo desde una sensibilidad única pero emanada de dos artistas que se mueven en áreas diferentes, es el principio del que parte la creación, que los arroja al escenario como mellizos salidos de un mismo vientre. El Niño desde la voz. Galván desde su cuerpo. Cante trasgresor y baile sin ataduras. De esa fusión explosiva sale Mellizo Doble, donde la locura ahora es compartida.
