FRÍA BELLEZA
Estrenó Wayne McGregor anoche en Teatros del Canal su creación Autobiography, una obra sofisticada y perfeccionista sobre sí mismo. Allí estuvimos y esto nos pareció…
Texto_OMAR KHAN Fotos_ANDREJ USPENSKI
Madrid, 7 de diciembre de 2019
No es tan fácil deducir la biografía del destacado creador británico Wayne McGregor desde su propuesta Autobiography, con la que su potente compañía Random Dance debutó anoche en Teatros del Canal dentro del marco del Festival Madrid en Danza. La obra, deslumbrante y perfeccionista, es el resultado de una investigación que el creador hizo sobre su propio genoma (abarcando aspectos que van desde el sueño, el conocimiento o el envejecimiento) divididos en 23 capítulos coreográficos controlados por un algoritmo que decide el orden de la representación cada noche. En este sentido, la coreografía supone un viaje al fondo mismo de McGegor. Y una mente tan efervescente, que lleva 25 años innovando y buceando en territorios inexplorados en el ámbito de la vanguardia escénica británica, no podía menos que acudir a la abstracción y a una precisión obstinada para desplegarse a sí mismo en forma de coreografía.
Más allá de la comprensión (incluso aceptación) de los fundamentos intelectuales y tecnológicos con que se armó Autobiography, el resultado escénico es fascinante. El espacio cambiante, intervenido siempre por esa estructura geométrica que sube, baja o se queda a medias, y esa luz blanca con algunos oportunos destellos de color, que se muestra inteligente, eficaz y efectista (lanza fogonazos cegadores cada cierto tiempo, gira, se desplaza y crea imágenes y atmósferas) son elementos de precisión matemática de la cuidada puesta en escena que acompañan una danza incesante, que fluye en rápidos conjuntos, tríos, duetos o cascadas de solos, una danza persistente, inabarcable, galopante y agotadora, tanto para los nueve dúctiles y entrenados intérpretes como también para el espectador.
Pese a tratar de representar en escena todo su ser, Wayne McGregor pone muros de resistencia a las emociones, que no se cuelan por ninguna rendija de su sofisticada puesta en escena. Es un sello de la casa, una contención que siempre ha caracterizado todo su trabajo, aquí magnificada. Autobiography es bella y fría. Deslumbra, hipnotiza, asombra y atrapa pero no emociona. No es un reproche. Lo que ocurre es que estamos demasiado acostumbrados a que la danza ha de ser siempre emotiva y necesitamos un tiempo para reajustarnos cuando esto no ocurre. Lo que sí es un reproche es que siendo así de fría sea tan larga (1 hora y 20 es quizá demasiado). Justo antes de llegar a ese final tan estético y efectista, ya parecía haber agotado su discurso.
Hasta hoy podrá verse Autobiography en Teatros del Canal. McGregor, entre tanto, sigue su ruta ascendente. Se espera con expectación su nueva creación The Dante Project, basado en La Divina Comedia, que montará en mayo para el Royal Ballet de Londres, donde es habitual, y que será retransmitida en directo en cines de toda España el día 28 de mayo del año próximo.