Venusino
En el marco del FAM Tenerife estrena Daniel Morales su nueva creación La muerte de Venus, este viernes 7 en el Teatro Guimerá. De la pieza, de su danza y de la vida de artista conversó con susyQ.
Texto_OMAR KHAN Foto_JOAQUÍN PONCE DE LEÓN
Tenerife, 5 de junio de 2019
En Gran Canaria, donde nació, Daniel Morales era una auténtica promesa del hip hop. Dirigía un campeonato. Vivía para el break. Pero entonces un proyecto en otra isla lo atrajo. Tenerife Danza Lab, el plan de danza del Auditorio, le descubrió el contemporáneo y allí se instaló. No fue difícil engancharlo. Él ya traía sembrada la inquietud y curiosidad del creador, que no sabía cómo canalizar desde el break. “Soy autodidacta. Mi base es la danza urbana, y ha sido muy importante, pero la danza contemporánea me ofreció una puerta dentro de la misma casa. Para mí el arte es cambio y transformación, tengo esa necesidad de comunicarme y lo hago mejor con el cuerpo que hablando. No se… en la escena no hay miedo ni inseguridad”, dice con convicción.
Los cuatro años que pasó en Tenerife Danza Lab fueron determinantes. Hizo alianza con otros creadores y se integró cómodamente en la naciente comunidad de la nueva danza tinerfeña. Roberto Torres, Daniel Abreu, Laura Marrero, Paloma Hurtado, Helena Berthelius, Carmen Macías o Sara Wiktorovicz fueron compañeros de viajes y experiencias, hasta que definitivamente, en 2014, inició sus propias creaciones, principalmente unipersonales que le permitieron expresar inquietudes propias. “Los solos son muy distintos entre sí. Creo que IRM marca una madurez creativa y personal. Es el que más me gusta y me toca. Me ha abierto muchas puertas. Invisible, una obra corta de quince minutos, también ha sido importante. Habla de cómo en las redes sociales parece que todos somos visibles y cómo eso puede afectarte lo racional. Pero con las piezas creo que hay un aprendizaje pendiente, que es saber cómo moverlas, cómo entrar al mundo de las distribuidoras, conocer cómo funciona”, dice con cara de circunstancia.
Como casi todos, en un momento determinado voló fuera de las islas. Asegura que la experiencia de bailar para Cocoon Dance en Bonn, Alemania, fue fantástica, pero Tenerife, como un imán, lo arrastró de vuelta. “Necesitaba volver. Aquí estaban ocurriendo cosas y yo quería participar”. Y acertó. Su próximo proyecto, La muerte de Venus, tiene estreno previsto este viernes 7 de junio en el Teatro Guimerá dentro del Festival de las Artes del Movimiento (FAM) de Tenerife, y se trata de su primera obra grupal de envergadura. “Venus es un planeta lleno de lava, inhabitable, que lleva nombre de diosa del amor y al mismo tiempo es bello. Hablo de esa belleza pero también de lo oscuro que se esconde detrás. Me interesa la transformación de los valores, el significado de las cosas según desde donde las veas. Por eso quiero que el espectador pase por distintos estados”, concluye.
