Danza orgánica
A pesar de su larga trayectoria, la compañía austríaca Liquid Loft para poco por España, por lo que resulta aún más especial su visita a Naves de Matadero Madrid el próximo día 7, con la suculenta Deep Dish, coreografía gastronómica que se cuenta entre las más relevantes de Chris Haring
Texto_ALBA ANZOLA Foto_MICHAEL LOIZENBAUER
Madrid, 4 de febrero de 2019
El brillo reluciente de una berenjena está destinado a morir y apagarse pronto. Será engullido por un humano o le llegará el rápido deterioro que supone la descomposición. Una coreografía, aunque sea ensayada enfermiza y obsesivamente durante meses, está destinada a ser efímera. Un gesto dura un segundo y al siguiente ya pertenece a la memoria del que lo ha visto pero no volverá a repetirse. Vendrá uno idéntico en la función de mañana, que también morirá en un momento. Podría decirse, desde estos dos ejemplos, que la belleza es efímera pero persistente.
Y probablemente esa idea, entre muchas otras que surgen de esta especie de cena escénica, sea la que quiere transmitirnos el coreógrafo Chris Haring (Schattendorf, 1970) en su curioso, sugerente y suculento espectáculo Deep Dish, nueva entrega de su serie The Perfect Garden, una suerte de performance y danza, instalación y propuesta audiovisual, que después de deslumbrar en escenarios del mundo tras su estreno en Tanzquartier, de Viena, en 2013, llega ahora a las Naves de Matadero Madrid, del 7 al 9 de febrero, donde una vez más desplegará su fantasía de sonidos, sabores, colores y gestos con esas frutas y verduras gigantes proyectadas en una pantalla que son captadas en directo por los bailarines armados de cámaras en real-time desde la mesa misma del festín que celebran.
Por esta vía una naranja en primer plano puede ser un sol y el agua aparentemente cristalina de un vaso un lago infectado de microbios. La mesa servida es entonces una tierra extraña, un paisaje a explorar. Es al unísono macro y microcosmos.
“Hacer bailar a un brócoli puede invocar la misma tranquilidad que una bailarina elevando los brazos. La producción no aborda si es bueno o malo, pero nos recuerda que todo es efímero. La belleza es la única esperanza que tenemos, tanto en la vida como en la escena”, ha explicado Chris Haring a propósito de esta obra que según dice retrata la belleza y la decadencia humana y para la que ha contado con la colaboración del artista plástico Michel Blazy, con el que ha trabajado desde distintas perspectivas el tema del jardín, inspirados en El Bosco, y que es el eje de su serie The Perfect Garden.
Como suele ser usual en las propuestas de Liquid Loft, la compañía que funciona como un laboratorio para Haring y su equipo, vuelven en Deep Dish las referencias a las artes plásticas, no solamente por el marcado carácter de instalación de la propuesta, sino por las referencias pictóricas a las naturalezas muertas de Caravaggio, el ingenio sibarita de Arcimboldo o la locura orgíastica de El jardín de las delicias, de El Bosco. El sonido, también exageradamente amplificado, es otro factor convidado, magnificando el ruido seco del mordisco a una hortaliza o el chasquido que produce masticar una fruta jugosa.
Chris Haring, que en sus tiempos de intérprete bailó para agrupaciones como la británica DV8 o el creador Nigel Charnok, es probablemente el artista más relevante de la actual escena austríaca. Aunque se prodiga proco por España es toda una personalidad de la danza europea, que llegó a obtener el prestigioso y codiciado León de Oro, el premio más relevante que otorga la Bienal de la Danza de Venecia. Fue en 2007 por su trabajo Posing Project B – The Art of Seduction, una pieza coherente y consecuente con el lenguaje híbrido que ha venido desarrollando con su compañía Liquid Loft, que fundó en 2005 junto a la bailarina Stephanie Cummimng, el músico Andreas Berger y el dramaturgo Thomas J. Jelinek, que siguen siendo el núcleo duro de la compañía vienesa.
A lo largo de los años han construido un importante catálogo de numerosas creaciones como Wellness(2011) y Mush Room (2012), que forman parte de la serie The Perfect Garden a la que pertenece Dish Deep, la reciente y delirante Candy’s Camouflage (2016) o numerosas piezas ideadas por encargo para compañías como Les Ballets de Montecarlo o Ballett Moskau.