Bailar el tiempo
Llega Una oda al tiempo, la más reciente creación María Pagés, al Teatro Arriaga de Bilbao con funciones los días 18 y 19 de enero
Texto_OMAR KHAN Foto_DAVID RUANO
Madrid, 17 de enero de 2019
Siendo la danza efímera, el tiempo es factor fundamental de su subsistencia. La reflexión viene a propósito de las múltiples lecturas, profundas unas, obvias y directas las otras, que se agolpan en Una oda al tiempo, la más reciente creación de María Pagés, que llega mañana al Teatro Arriaga de Bilbao con su carga de flamenco honesto y haciendo valer sus alianzas. Su compañía de nueve músicos y ocho bailaores, por un lado, y su cargamento de referencias por otro, que van desde las más directas a Neruda, de quien se oyen versos, a otras más intuidas como la violencia del Guernica, de Picasso, el horror de los fusilamientos de Goya o la presencia inequívoca de la simbólica luna lorquiana que, teñida de rojo sangre, parece anunciar tragedias.
Pero no es trágica Una oda al tiempo. Como tampoco es solamente desgraciada ni únicamente festiva la vida. Esa misma luna de sangre se transforma a veces en sol de verano, y trae jolgorio y tronío flamencos al escenario. María Pagés articula el discurso de su pieza a través del paso de las estaciones en un año. A cada una atribuye un carácter y a todas juntas la reflexión sobre lo que significa el paso del tiempo en la vida, lo efímero de lo malo y a lo mejor también lo breve de lo bueno. La escena se despliega aquí a lo grande. La omnipresencia de un astro sobre la escena, sea sol o sea luna, sirve de hilo conductor a doce momentos flamencos, uno para cada mes podría deducirse, que ofrecen un paseo por los palos y los estados anímicos que el flamenco puede transitar. No falta el humor pero prevalece la profundidad del tema que toca.
En María Pagés siempre hay que buscar las conexiones porque gusta de traer a su ecosistema el talento de otros artistas que la han inspirado. Puede ser un clásico como Carmen, reinventada en tono de feroz feminismo, un arquitecto como Niemeyer, que fue el eje de su acertada Utopía o poetas como Neruda y pintores como Picasso en esta personal oda al tiempo, que revela su potencial como creadora y la solidez de su compañía.