Ebullición flamenca
Del 6 al 30 de septiembre Sevilla vuelve a convertirse en foco del flamenco gracias a su célebre Bienal de Flamenco
En cuarenta años la Bienal de Flamenco de Sevilla ha sabido colocarse como el evento de referencia del mundo del flamenco tanto nacional como internacionalmente. Ha sabido llevar el pulso, ser motor, testigo y partícipe de los cambios e innovaciones y ventana por la que se asoman los nuevos y más deslumbrantes talentos junto a creadores consolidados. El próximo jueves 6 de septiembre se activa su edición número veinte tras el pregón flamenco a cargo de Tomás de Perrate y un flashmob de José Galán en una fiesta a celebrarse, cómo no, en el popular barrio de Triana. A partir de entonces y hasta el 30 de septiembre, Sevilla será (otra vez) el foco indiscutible del flamenco con una extensa y agitada programación que se desarrollará en distintos espacios y teatros de la capital hispalense.
Aires de nostalgia no faltan en la oferta de este año. La Bienal mira atrás y rescata títulos icónicos, destacando muy especialmente la reposición de Quejío, aquella propuesta de Salvador Távora para La cuadra de Sevilla, que se estrenó en 1972 cuando nadie hablaba de Nuevo Flamenco y que dio la vuelta al mundo, sorprendiendo a todos con esta especie de análisis del dolor más interno del quejío flamenco y el más sevillano sentir profundo. Será el día 15 en el Teatro Lope de Vega. Pero es que, hurgando también en el devenir del Nuevo Flamenco ya plenamente establecido, la Bienal lleva el espectáculo Arena, que el pionero Israel Galván (foto inferior) estrenó en 2004, al escenario más idóneo y espectacular imaginable para esta emocionada propuesta que puso a Galván en el mapa de la nueva danza: la Plaza de Toros de la Maestranza, donde bailará el día 7 de septiembre en la inauguración oficial de la Bienal. Pero no acaba allí la participación de Galván, que ha cedido su solo La edad de oro, estrenado hace ya 18 años y otra de las obras claves para entender su discurso poético, a su hermana Pastora Galván, que lo bailará el día 19 en el Lope de Vega.
La Bienal, que ofrece este año una mirada panorámica a la innovación, no ha ignorado a Rocío Molina que este verano impactó y triunfó en el prestigioso festival de Aviñón, emblemático de las vanguardias escénicas europeas, con su contundente propuesta A grito pelao, una reflexión a voces sobre la maternidad, que se verá los días 18 y 19 en La Maestranza. También un discurso marcadamente femenino es el que trae Olga Pericet, que el día 11 en el Teatro Central sevillano presenta su nuevo unipersonal La espina que quiso ser flor o la flor que soñó con ser bailaora, una propuesta que ella misma define como una galería de juegos dramáticos en los que la mujer aparece siempre poderosa.
Y es que muchas mujeres poderosas, en estos tiempos del #metoo, aparecen destacadas en la programación de la Bienal. María Pagés, pionera del Nuevo Flamenco, lleva a su compañía para estrenar en ese marco su nueva y elegante creación Oda al tiempo, el 21 en La Maestranza; Eva Yerbabuena irá con su nuevo espectáculo Cuentos de azúcar (foto de apertura), el 29, también en La Maestranza e Isabel Bayón, con su rotundo espectáculo Yo soy, estará en el Teatro Central también el 29. Patricia Guerrero, con Distopía (día 9, Teatro Central) y Mercedes Ruiz con Tauromagia (17, en el Teatro Central) son también damas destacadas del panorama flamenco que oferta este año la Bienal.
Con interés se esperan dos homenajes. Uno a Cervantes en clave de vanguardia y otro a Lorca en sintonía poética. Por un lado, D. Quixote, versión personal, arriesgada y contemporánea, que ofrecerá Andrés Marín, el 16 en La Maestranza y por otro, el Ballet Flamenco de Andalucía que estrena Flamencolorquiano (24 de septiembre), una potente producción alrededor de la figura y sensibilidad de Lorca, con dirección de Rafael Estévez. También atractiva será la presencia de Farruquito con su espectáculo titulado simplemente Farruquito (Maestranza, el 8) en el que hace repaso a toda su trayectoria. Una larga lista de artistas, del cante y del baile, terminan de dar forma a la oferta escénica de la Bienal, que este año contará también con innumerables actividades paralelas, convirtiendo a Sevilla, una vez más, en centro de ebullición flamenca.
