GRAHAM HOY
La legendaria compañía de Martha Graham inicia mañana en La Maestranza sevillana una gira nacional que le llevará a Pamplona, Vitoria, Logroño y Terrassa. Pero que nadie espere una velada antigua de viejas coreografías. Janet Eilber nos lo cuenta…
Texto_ALBA ANZOLA Fotos_CHRIS JONES / SKOPJE DRAGAN
Madrid, 14 de octubre de 2023
El primer día de abril de 1991 fue nefasto para el mundo de la danza. Martha Graham, madre de la modern dance norteamericana, había muerto en Nueva York a los 97 años. Dejaba al mundo su idea trasgresora, visionaria y humanista de la danza, había creado una técnica de relevancia universal y legaba a la humanidad un extenso repertorio sembrado de obras maestras. Pero también dejaba a una compañía huérfana, que llevaba su nombre y se preguntaba cuál sería ahora su destino.
Hoy, la Martha Graham Dance Company, a más de treinta años de la muerte de su alma mater, exhibe músculo bajo la direccion artística de Janet Eilber, ex bailarina de la compañía norteamericana, que diseñó una compleja y arriesgada estrategia que les ha permitido mantener vivo el legado sin convertirse en una compañía museo. “Cuando asumí el cargo, en 2005, nos preguntamos ¿quiénes queremos ser sin Martha Graham?, ¿a quién le importamos?, ¿cuál es ahora nuestra audiencia?, ¿por qué deberían venir a vernos?”, rememora, y las respuestas a sus preguntas la llevaron a la decision importante de invitar a coreógrafos ajenos a crear nuevos repertorios para ellos. Lejos de lo que pudiera pensarse, huyó de los creadores afines al lenguaje Graham, y se ubicó en el extremo contrario.
“Hemos descubierto que se produce una conversación en el escenario entre los clásicos de Graham y las obras contemporáneas. Nuestra misión ha sido vigorizar su herencia y mantenerla en movimiento hacia el futuro. El de Martha fue un legado que se sustentó en la innovación. Sí, eso integra las coreografías que nos dejó, pero también abarca su creatividad constante, su curiosidad y ‘apetito por lo nuevo’, como ella misma solía decir”.
Entendida la estrategia, se comprende entonces el programa mixto y variado que traerán a su inminente gira por España este octubre, que se inicia mañana en el Teatro de la Maestranza (Sevilla) y sigue ruta por el Teatro Gayarre (Pamplona, el día 20), Teatro Principal (Vitoria, el 21), Teatro Bretón de los Herreros (Logroño, el 22) y LaFACT Cultural (Terrassa, el 27).
El programa a bailar incluye la reposición de Errand into the maze (1947, foto inferior), un clásico Graham, junto al estreno de la novísima Cave (foto superior), que les montó recientemente el polifacético creador británico-isarelí Hofesh Shechter, quien se ubica, ciertamente, en las antípodas de la estética y el vocabulario Graham.
“Lo que hemos hecho a lo largo de los años es tener un tema de temporada para que obras que son bastante diferentes entre sí, puedan convivir en el mismo programa. Y hemos tenido la suerte en los últimos diez años de trabajar con algunos de los mejores creadores del mundo, desde Nacho Duato hasta Sidi Larbi Cherkaoui, pasando por Mats Ek, Kyle Abraham, Bobbi Jean Smith y ahora Hofesh Shechter”.
Dialogar con Graham
Pero no se trata simplemente de encargar obras nuevas para mezclarlas con las viejas. La idea, y aquí reside lo complejo, fascinante y eficaz, es intentar buscar sinergías y conexiones, dar motivo de conversación escénica a esas coreografías del pasado con las del presente. Legitimar la vigencia de una a través de la otra. Es así como existe una coincidencia que posibilita que Graham y Shechter conversen tan amistosamente sobre las cosas del corazón. “Cave, de Hofesh se interesa por el impulso humano de moverse al compás de sus latidos y Cave of the Heart [1946], de Graham, explora las pasiones oscuras del corazón. Su conexión radica en que ambas recurren a una base profundamente primaria para el movimiento”.
La estrategia ha dado rienda suelta a la imaginación, ideando propuestas verdaderamente ingeniosas, innovadoras. Canticle for Innocent Comedians, la tercera pieza del programa que traen a España, es ilustrativa de este modus operandi. En 1952, Graham hizo un ballet en segmentos, hoy perdido, que era una oda a la naturaleza. Quedó solamente la sección Luna, gracias a que se había grabado para la televisión. La compañía emprendió entonces su reposición y pidió a un grupo de jóvenes coreógrafos que se encargara de crear, desde su propia sensibilidad, las secciones perdidas (Sol, Tierra, Viento, Agua, Estrellas…), todo bajo la direccion de la creadora Sonya Tayeh.
Una de las experiencias que afianzaron esta original manera de mantener vivo y activo el legado Graham, enfrentando pasado y presente, ocurrió en 2007, cuando Eilber tenía apenas dos años en el cargo. Debían participar en una ceremonia conmemorativa de la tragedia de las Torres Gemelas de Nueva York 2001, y decidieron centrarse en el legendario y doloroso solo Lamentation (1930), de Graham, que dura apenas cuatro minutos. Invitaron a tres coreógrafos jóvenes a montar variaciones sobre esta creación y el éxito fue descomunal.
“Aszure Barton hizo un dúo, Richard Move, un solo y Larry Kagwin, usó toda la compañía. Esa noche descubrimos que habíamos creado tres danzas contemporáneas profundas y hermosas intrínsecamente vinculadas a nuestro legado. Comenzamos a bailarlas todas las noches, giramos por el mundo y encargamos nuevas. Ahora tenemos hasta quince variaciones de Lamentation, de autores muy reconocidos”, concluye.