FIESTA CON GAUDÍ
Ibérica de Danza celebra sus 30 años en Teatros del Canal, con una retrospectiva y el estreno de ‘Gaudí Dance Experience’. Manuel Segovia, su director, nos habla del presente y el pasado de su agrupación…
Texto_OMAR KHAN
Madrid, 21 de marzo de 2023
Manuel Segovia (Segovia, 1959) lleva tres décadas enviándonos un mensaje desde el escenario. Nuestra danza española, nuestro folclor y tradición dancística, no son museo ni antigüedad, parece querer decirnos en cada una de las muchas coreografías y espectáculos que ha creado para Ibérica de Danza, la agrupación que formó, junto a Violeta Ruiz, hace ahora treinta años. Cuando tomó la iniciativa, las vanguardias internacionales no habían puesto todavía de moda el neofolk, pero él ya conocía y experimentaba con el potencial que tenían las danzas tradicionales si se las recolocaba en nuestro tiempo sin traicionarlas.
Quizá por eso, el espectáculo con el que celebra las tres décadas de su compañía, que podrá verse los días 22 y 23 de marzo en los madrileños Teatros del Canal, esté estructurado en dos partes que representan, respectivamente, pasado y presente de Ibérica de Danza. Por un lado, Celebración, que recoge una selección representativa de las muchas obras montadas por él o por coreógrafos invitados, que han sido creadas en su sede de Las Rozas y han girado por España y medio mundo.
Y por otro, un estreno mundial, que se inscribe dentro de las preocupaciones actuales de esta compañía que, moviéndose siempre en el ámbito del folclor, no ha sido nunca un ballet folclórico. Porque, nada más lejos de las tradiciones populares que un tema como las aportaciones del más visionario de los arquitectos catalanes, que se alza como gran protagonista de Gaudí Dance Experience, obra que, bajo dirección de Manuel Segovia, ha contado con la participación de los coreógrafos Jaime Puente, Francisco Linares y Joan Fenollar, todos integrantes de la agrupación.
¿Por qué Gaudí?
De no haberme dedicado a la danza me hubiese gustado ser arquitecto y Gaudí para mí es un referente, ese personaje maravilloso que rompió las formas tradicionales y se ubicó cercano a la naturaleza. Pero queríamos presentar un Gaudí distinto, no el que permanece en el imaginario como un hombre religioso cerrado en sí mismo y un genio un poco oscuro. Lo que nos planteamos fue una visión más humanista, así que lo vemos con Eusebio Güell, que no fue solamente el mecenas con mucho dinero, sino también un amigo, y lo encontramos viviendo su amor imposible por Pepeta Moreu, un aspecto que nos pareció importante destacar porque este sentimiento fue la espoleta que disparó su creatividad.
¿Cómo se representa la conocida obra del arquitecto en la coreografía?
No queríamos presentarla tal cual es sino más bien recrearla. En la compañía llevamos tiempo trabajando con el mapping y las escenografías virtuales, así que cogimos la esencia de su trabajo y la llevamos a las pantallas, que crean un mundo gaudiano que nos va llevando por los momentos emocionales de la vida personaje, porque más que el genio nos hemos interesado por lo que sentía como humano.
Celebración, la otra parte del programa aniversario, es una retrospectiva ¿Cómo hizo la selección de piezas?
Treinta años es mucho tiempo. Son muchas obras y nos costó elegir. Al final nos hemos quedado con nueve que nos parecen las más esenciales, emblemáticas y referenciales, aquellas que hacen de Ibérica de Danza una marca y un referente, esas que son ilustrativas de nuestra manera de percibir la danza española.
¿Cuál cree que ha sido la aportación de la compañía a la danza española?
Humildemente pienso que lo único que hemos hecho es darle proyección a lo que nos legaron nuestros maestros. Yo tuve a algunos de ellos y lo que hoy somos, a ellos se lo debemos. Nos dieron todo lo que tenían.
Hace treinta años el neofolk no era una corriente tan de moda como hoy…
Cuando arrancamos con Ibérica de Danza ya se habían hecho algunas obras importantes en la línea del neofolk, pero en muchos sentidos fuimos pioneros. Trabajamos desde la base de las músicas tradicionales pero las llevamos a un entorno más universal. Somos una compañía de danza española escénica y hemos hecho recorrido e investigación por todos los estilos. Con mucho cuidado y respeto le hemos dado una vuelta a ese mundo conocido de la danza española y hemos asumido riesgos.
¿Había en aquel entonces bailarines capaces de entender vuestra línea?
Debo decir que nuestra primera generación de bailarines era maravillosa. Eran capaces de hacer muchas cosas, estaban muy formados, tenían mucha experiencia y venían preparados para entender nuestra visión y pasar de un estilo a otro, pero también es verdad que en estos treinta años los bailarines han evolucionado una barbaridad, los de ahora están lejos de los de aquellos tiempos, tienen una técnica más depurada, son más abiertos.
