LA NUEVA AVENTURA DE JOHAN INGER
El coreógrafo sueco, junto a Carolina Armenta, ha abierto en Sevilla Take Off Dance, un centro que prepara el tránsito de jóvenes bailarines a la vida profesional. Fuimos a visitarlos y esto nos contaron…
Texto_OMAR KHAN
Sevilla, 16 de enero de 2023
El Municipio San Juan de Aznalfarache, a escasas cuatro estaciones de metro desde el centro de Sevilla, se ha incorporado hace tres meses al mapa de la danza andaluza e internacional. Subiendo en ascensor público una pequeña colina, se ubica Take Off Dance, un recién estrenado y muy bien dotado centro avanzado de danza que opera en la sede de Funddatec. Arriba, en la planta superior del edificio, el reputado coreógrafo sueco Johan Inger y la bailarina y docente Carolina Armenta, atienden y asisten diariamente a 23 jóvenes bailarines procedentes de once nacionalidades, que se preparan para ir a audiciones en las compañías más prestigiosas de Europa.
“Solamente hicimos una campaña en Instagram y enseguida tuvimos receptividad. Nos llegaron 148 solicitudes y escogimos 23. Hay demanda en la preparación de bailarines versátiles que quieren ir a audiciones en grandes compañías europeas. Cada vez es más difícil ganarlas porque ya no solamente se requiere formación técnica”, nos comenta Armenta. “Las compañías exigen hasta tres años de experiencia y es difícil entrar en el mercado. Nosotros somos un puente entre los estudios formales y una realidad cada vez más exigente”, complementa Inger, que es director artístico e impulsor del Taller de creación coreográfica del novísimo centro sevillano y compagina con una apretada agenda internacional de compañías que demandan sus obras en repertorio.
El interés reside en el alto nivel de este programa de entrenamiento profesional intensivo, bautizado Johan Inger Youth Project, que ofrece a los participantes experiencias directas con el repertorio de los creadores más disputados y reputados del momento, configurando un año escolar que culminará en verano, en el que esta primera generación habrá trabajado obras de Inger, por supuesto, pero también de Jiří Kylián, Sharon Eyal, Marco Goecke, Crystal Pite, Paul Lightfoot & Sol León o Emanuel Gat, entre otros. Ahora mismo, todo el centro está en órbita GAGA, con experiencias impartidas por Mario Bermúdez y Catherine Coury, directores de la compañía andaluza Marcat Dance, que trabajaron en la Batsheva Dance Company, de Israel, y están acreditados en esta técnica cada vez más difundida, ideada por Ohad Naharin.
“No somos una escuela. Ofrecemos una oportunidad de trabajar el repertorio de esos nombres que permiten defenderse a la hora de entrar a una etapa profesional”, advierte Carolina Armenta. “El programa incluye técnica clásica y contemporánea, composición, paso a dos, talleres de repertorio coreográfico, improvisación, acondicionamiento físico o nutrición”. Aparte de los artistas y repetidores invitados, que son el núcleo de la experiencia, se cuenta con talento local, destacando, entre otros, Gregor Acuña-Phol, en Interpretación; Pilar Pérez Calvete, en Técnica Graham o la coreógrafa andaluza Isabel Vazquez, en Improvisación y Creación.
“Hacemos esto para favorecer a una nueva generación porque nos gusta. Bailar no es algo que puedas aprender desde un libro. Nosotros recibimos de otros, así nos formamos, y ahora queremos dar. Lo vemos como una responsabilidad”, reflexiona Inger sobre las motivaciones de Take Off Dance. “Lo aprendido hay que traspasarlo. Esas ideas, esas formas, esas energías deben pasar de generación en generación”, agrega Armenta.
Reír y llorar
No es de menor importancia que sea el mismo Johan Inger uno de los principales reclamos de esta experiencia. Vaya su reputación y currículo por delante. Formado en el Royal Swedish Ballet, despuntó en el Nederlans Dans Theatre (NDT) holandés como uno de los creadores más ingeniosos de su generación. Del NDT pasó a dirigir el Cullberg Ballet sueco y en 2009, junto a Carolina Armenta, pareja y repetidora de sus piezas, se instaló en Sevilla. “Tenía 18 años cuando vi por primera vez una pieza de Mats Ek”, rememora el creador. “Me dejó impactado. Me había parecido rara pero me hizo reír y llorar. Desde entonces cuando veo danza quiero sentir y no solamente ver proezas físicas”.
Sobre esa filosofía ha creado un extenso repertorio muy variado, que incluye creaciones como la delirante Walking Mad, sobre el Bolero. de Ravel, Dream Play, Negro con flores o muy especialmente su versión de Carmen que, creada para la Compañía Nacional de Danza (CND) hace siete años, sigue siendo hoy el buque insignia de la compañía española en el extranjero. Con ella consiguió el prestigioso Benois de la Danse en 2016 y acaba de ser galardonado con el Premio Villanueva de la Crítica cubana 2022, que la designa como la mejor creación extranjera vista en la isla caribeña el año pasado.
“A mí me interesa la humanidad, las relaciones entre las personas, nuestros errores y aciertos, nuestras ambiciones como humanos. Me gusta tocar emocionalmente a la audiencia. Siempre digo que mis piezas son viajes y tienen muchas dimensiones”, dice sobre las motivaciones de su trabajo.
Esta aproximación humanística es sin duda la clave de su éxito. Su agenda para este año luce abrumadora. El verano en Vancouver, en la primavera vuelve al NDT y monta una nueva pieza para Göteborg Dance Company. Le esperan remontajes de sus trabajos en Alemania, Eslovenia y Los Ángeles, y a Grecia irá a montarles Carmen, entre otros compromisos internacionales.
Entre medias y no menos importante, su Johan Inger Youth Project, que prepara a sus primeros 23 participantes para una experiencia profesional en verano dentro de un relevante evento andaluz, y ya va pensando en la formación de una segunda generación para el período 2023/24. Las audiciones online permanecerán abiertas del 15 de febrero próximo al 31 de abril, y la información puede ser consultada desde la web de la casa takeoffdance.org
