SACRIFICIO POR LA CAUSA
De sacrificio va ‘Kolochi Baw’, la coreografía que Aïda Colmenero Dïaz estrena este viernes en el Mercat de les Flors, en el marco del VI Festival África Moment. Nos lo cuenta…
Texto_OMAR KHAN Fotos_NICOLAS RÉMÉNÉ
Madrid, 30 de noviembre de 2022
“Las 24 horas de cada día no me dan… no me dan”, se lamenta Aïda Colmenero Dïaz, artista plural que divide su tiempo entre dos continentes, impulsa su propia compañía aquí y allá, hace el comisariado del Festival África Moment en Barcelona y, entre otros, lidera el proyecto Ella Poema, que convierte poesía en danza en los cuerpos de mujeres africanas… Este año lo cierra felizmente con la sexta edición del festival, en el que además estrenará este viernes 02 de diciembre en el Mercat de les Flors (con función adicional el 10 en Terrassa) su nueva creación Kolochi Baw, producción con cinco bailarines internacionales que fue gestada en Bamako, en parte gracias a la beca de la Fundación Pina Bausch, de la que ha sido beneficiaria este año. “En la obra exploramos el tema del sacrificio asociado a las grandes construcciones arquitectónicas de la humanidad”, nos adelanta. “El sacrificio como un acto de entregarse a la causa. La causa como eje esencial del propio sacrificio. La causa social y política...”
¿Hay intención de denuncia en su obra?
Yo creo que es un posicionamiento, un manifiesto filosófico, un trozo de mí, una necesidad, una declaración de intenciones puesta en común junto con la disponibilidad y reflexiones de los intérpretes… así es como concibo cada una de mis obras.
¿Cómo cree que percibe el público africano su trabajo?
Suelo trabajar muy de cerca con el contexto. Todos mis trabajos están creados en un país-espacio diferente y concreto. Viajo y creo la obra con lo que encuentro allí, así que es primordial estrenar la coreografía en “la casa” donde nació. Yo no hago mi trabajo para que guste, para que un programador lo contrate o siguiendo la moda de un patrón europeo, estoy muy lejos de todo eso. Yo hago mi trabajo porque tengo algo que decir y el cómo, las respuestas, las voy encontrando en el lugar donde está siendo creado, con los seres humanos que tengo enfrente para canalizar lo que quiero decir.
¿Ha sentido en África algún tipo de rechazo por su condición de mujer europea, blanca y artista?
Bueno, yo no llego para bailar y me voy. Resido allí… así que esto quizás lo hace todo diferente, pero a tu pregunta yo le doy la vuelta porque el mayor rechazo que sufro es más bien en el norte global. No soy bienvenida por ser mujer+madre+artista y este es el gran rechazo con el que tengo que lidiar cada momento en Europa. Pareciera que ser madre y artista es algo criminal.
¿Qué aportaciones y oportunidades le ha dado haber obtenido la Pina Bausch Fellowship?
Ha sido un gran regalo, una satisfacción saber que una institución tan importante te apoya como coreógrafa… estoy muy agradecida. Para las oportunidades vamos a ir viendo lo que pasa a partir de ahora, pero ya de entrada este año ha estado repleto de buenos momentos: un año entero reflexionando sobre mi práctica coreográfica, he sido invitada a Wuppertal con la Fundación Pina para presentar mi fellowship, he creado en Malí Kolochi Baw, una obra de gran formato… todo muy positivo. Y lo mejor está por llegar, las consecuencias de todo lo que se ha movido este año van a ir viniendo poco a poco, estoy segura.
¿Cree que en Europa podremos algún día ver danza africana con la misma actitud con la que vemos danza francesa o belga?
Yo creo que el problema radica en que el espectador europeo piensa que todo gira en torno a “lo que pasa en Europa”… se necesita hacer un trabajo profundo de des-colonización de nuestra propia mirada. El Festival Africa Moment, en este sentido, ha realizado un trabajo feroz, hemos traído coreógrafas/os punteros del continente para que se pueda realmente conocer a otras/os creadoras/es y sus prácticas artísticas concretas.
