INFLUJO ZEN
La serenidad es protagonista de ‘Further Toughts’, la obra que la creadora andaluza Lucía Vázquez estrena esta noche dentro del ciclo Canal Baila. Nos lo ha contado…
Texto_OMAR KHAN
Madrid, 18 de octubre de 2022
Si esta noche (y mañana), al finalizar Further Toughts (Pensamientos adicionales), los espectadores que acudan a la Sala Negra de Teatros del Canal, en Madrid, tienen una sensación de plenitud espiritual y la certeza de que no han visto un espectáculo de danza sino que han vivido una inmersión sensorial, entonces Lucía Vázquez, ascendente bailarina y creadora andaluza, se dará por satisfecha.
“Todo gira sobre ideas zen, quería algo sobrio y simple, que pareciera sencillo pero que implicara gran complejidad en la realización, que fuera principalmente una experiencia y no un espectáculo”, nos confirma. “La idea de esta pieza nace de un solo que por mucho tiempo tuve en el cajón. Cuando se abrió la convocatoria de residencias del Centro de Danza Canal presenté el proyecto ampliado, ahora pensado para tres intérpretes que permanecerían todo el tiempo en la escena: yo en la danza, Miguel Marín en la música y Julia Llerena en la escenografía, que en realidad es una instalación plástica”.
Ganada y realizada más que satisfactoriamente la residencia, llega hoy el turno de confrontarla con el público dentro del ciclo Canal Baila, dedicado a los estrenos de las obras gestadas en esta casa madrileña, y cosa rara en esta profesión, Further Toughts aún sin estrenarse ya tiene ruta confirmada, apareciendo programada para este noviembre en la Sala Alhambra, de Granada, y en marzo, dentro de la programación del Teatro Central, de Sevilla, donde Vázquez es habitual artista invitada. “Quería una participación equitativa de los tres en escena, que por momentos fuésemos uno. La danza siempre está pero no es el foco. Todas estas ideas nacieron de lecturas sobre el pensamiento zen y el budismo japonés. He querido hacer una obra amable y bella, que llegara al alma”.
Este interés por los ritmos ceremoniales, la espiritualidad y la carencia de golpes de efecto en sus propuestas, viene justamente de Japón, donde la creadora vivió desde 2014 al 19. También de La India, tras dos viajes reveladores dedicados al yoga y la meditación. Experiencias vitales que han nutrido y enriquecido su imaginario coreográfico.
“No fue fácil integrarme”, recuerda de su experiencia vital nipona en Tokio. “Al principio mi actividad se limitaba a tomar clases de ballet pero todo cambió con mi acercamiento a Session House, un estudio que organizaba cursillos con artistas de Pina Bausch, Damian Jalet y otros creadores. Conocí gente y comprendí que la única forma de progresar sería montar mi propio trabajo. Allí estrené una serie de coreografías, principalmente duetos, como Flying Birds, con Nobuyoshi Asai, este bailarín de butoh que venía de Sankai Juku. Pero si algo aprendí de toda esta experiencia fue la paciencia”.
A su vuelta a Sevilla, se trajo Lucía Vázquez este influjo oriental que ha ido nutriendo las obras de una trayectoria que avanza a ritmo de coreografía por año. El destacado compositor Miguel Marín, pareja de creación y vida, ha venido integrándose y hoy es ya parte indisociable en sus proyectos, destacando su dueto reciente About Bunny. “El conjunto de mi obra está muy mediatizado por las colaboraciones de cada proyecto”, explica la coreógrafa. “Me intereso por algún artista y entonces lo invito a trabajar conmigo. En general, suelo hacer propuestas de danza muy paisajísticas que tienen su propio tempo, que van progresando con mucha calma. La presencia del intérprete en mi trabajo es más importante que lo que hace. No se trata de asombrar con piruetas, no es eso. Para mí, el arte tiene que contemplarse”.
