EL LEGADO DEL MTD
¿Cómo se consiguió en Ámsterdam formar al bailarín co-creador? Un grupo de docentes relata la experiencia en la publicación ‘MTD Legacy’, en la que ha participado susyQ. Lee más...
Texto_OMAR KHAN Foto_NELLIE DE BOER
Madrid, 24 de junio de 2022
Con el fin de este curso académico, el MTD (Modern Theatre Dance), de la prestigiosa Academia de Teatro y Danza (ATD), de la Universidad de las Artes de Ámsterdam, gradúa la que será su última promoción. El valor de esta escuela, que hoy cierra su ciclo, estuvo en tener visión y adaptar la enseñanza al nacimiento de nuevas formas y modos escénicos que exigían un modelo inédito de intérprete: el bailarín co-creador. Para dejar testimonio de cómo fue este proceso y qué fue lo que lograron, un grupo de profesores ha impulsado la publicación MTD Legacy, que ha sido presentada hoy en la escuela holandesa.
Una lícita y constante preocupación en el mundo de la danza ha sido cómo enseñar y reflejar en la educación de futuros intérpretes y creadores los constantes cambios, evoluciones, transformaciones e innovaciones que, sin tregua, se producen a veces incluso simultáneamente en los escenarios, cómo hacer para que los estudiantes obtengan la experticia y conocimiento de lo que se van a encontrar en el ámbito profesional. Hace algunos años, no muchos tampoco, los bailarines se movían y especializaban en parcelas muy concretas. Existía la figura del bailarín Cunningham, el la bailarina Graham, el bailarín Limón… y tenía su lógica porque las escuelas y compañías también estaban así segmentadas. Cada cual abarcaba hasta donde llegaban los linderos de su casilla. Pero esto, repentina más que paulatinamente comenzó a cambiar.
La Academia de Teatro y Danza (ATD), de la Universidad de las Artes de Ámsterdam, ha sido y sigue siendo pionera en Europa, por estar a la vanguardia, siempre atenta a estas transformaciones. El MTD (Modern Theatre Dance), su escuela de interpretación de danza contemporánea, venía del método habitual cuando la artista y docente Angela Linssen asumió la dirección justo en 2000 con el cambio de siglo, con el firme propósito de adaptar el pensum de estudios a la nueva realidad que se vivía en las compañías profesionales, donde los coreógrafos empezaban a requerir bailarines expresivos e inteligentes, de cuerpos versátiles y que fueran entes activos y cómplices de los procesos creativos.
Crear lo inexistente
La profesión iba haciendo ensayo y error para satisfacer las necesidades tan específicas de los creadores y no había una última palabra. La tarea de Linssen fue coordinar, animar y encaminar a su equipo docente a crear lo que no existía pero se necesitaba. Cada uno en su área, desde su propia experiencia, pero sobre todo, trabajando en equipo, enfiló hacia un mismo norte: se propusieron la formación de lo que entonces llamaron el bailarín co-creador, un nuevo espécimen de intérprete, que podía adaptarse a las nuevas exigencias del medio.
Pero antes de dar por terminada la aventura, un equipo de ocho profesores ha querido recoger esta experiencia, relatar cómo fue y cómo consiguieron poner a un mismo nivel la enseñanza y la práctica profesional de la danza, cuando la primera estaba muy por debajo de los avances y cambios de la segunda. De esta necesidad surge entonces MTD Legacy, una publicación testimonio que recoge, en inglés, la experiencia y la investigación de los artistas y docentes Vivianne Rodrigues de Brito, Zeynep Gündüz, Gideon Poirier, Jodi Gilbert, John Taylor, Helga Langen, Liat Waysbort, Grainne Delaney, Roos Van Berkel y María Inés Villasmil-Prieto, colaboradora habitual de nuestra revista.
Y es que susyQ, además, ha tenido el honor de participar en este proyecto de indudable interés, aportando la coordinación editorial, maquetación y diseño. La revista MTD Legacy se presentará oficialmente hoy, 24 de julio, en la sede de la Academia de Teatro y Danza (ATD), de la Universidad de las Artes de Ámsterdam.
Desde hace tres años una nueva escuela, la ECD (Expanded Contemporary Dance), viene enfrentando los retos que supone hoy la formación de nuevos intérpretes, moviéndose en un territorio aún más amplio, inexplorado, híbrido y diversificado, altamente contaminado no ya con otras artes sino con otros campos del saber, y que debe responder a nuevos retos y avances sociales, donde entran inclusividad, feminismo, diversidad, conciencia ambiental, género o sostenibilidad.
En la foto superior: Alumnos del MTD interpretando Y.E.S., pieza que les montó Cecilia Moisio, en 2014
