SHEHERAZADE, CARMEN Y LAS OTRAS
Estrena esta semana la ganadora del Princesa de Asturias María Pagés su nueva creación en el Liceu, que arranca así un periplo por los festivales de Granada y Mérida, y teatros de Madrid, Canarias y Bilbao. Nos lo ha contado…
Texto_OMAR KHAN Fotos_ LUCÍA GOROSATEGUI
Madrid, 23 de mayo de 2022
Aunque siempre ha estado escrito y descrito así, en toda su monstruosidad, parece que es ahora cuando entendemos, finalmente, que ese crimen, desenlace fatal de Carmen, de Merimée, ha sido un acto de violencia machista. La literatura está plagada de situaciones violentas contra la mujer que, antes de esta nueva e importante oleada de reivindicación femenina que vivimos, nos parecían cuentos inocuos y divertidos. Las mil y una noches, por ejemplo…
“La cuestión real que oculta la historia de Sheherazade no la motivaba el sometimiento ni la esclavitud, sino la voluntad de hacer suya la redención de las mujeres de una muerte segura, usando la palabra ante un hombre que usaba las armas contra no solo las mujeres, sino contra toda la humanidad, para salvaguardar el secreto que lo devoraba por dentro: su incapacidad de amar”.
La que así reflexiona es María Pagés, que ha querido más que nunca sentirse estas y otras tantas mujeres agredidas de literatura, en su nueva creación de De Sheherezade a Yo, Carmen, que tendrá su estreno absoluto este viernes 27 de mayo (con funciones hasta el 06 de junio) en el Teatre El Liceu, de Barcelona, antes de iniciar intensa gira que la llevará, ahora con el título simplificado De Sheherezade, al Festival de Música y Danza de Granada (28 de junio), el Festival de Mérida (9 de julio), y más tarde a los Teatros del Canal, de Madrid, el Auditorio de Tenerife y, entre otros, el Teatro Arriaga, de Bilbao.
En su nueva coreografía, la bailaora y creadora sevillana que acaba de ser galardonada (junto a Carmen Linares) con el Premio Princesa de Asturias, se reafirma en sus convicciones. El tema de la mujer no es solamente el foco central de esta nueva obra sino de toda una trayectoria, en la que esta preocupación aparece como una constante. “Mantener viva la llama femenina es una manera de defender nuestro modo de vida, nuestro modelo de convivencia, en suma, participar en la protección de la democracia”, prosigue. “Protegiéndola desde la voz de las mujeres, las madres, las abuelas, las nietas, las primas, las sobrinas… es una manera de reivindicar la utopía de una sociedad justa, equilibrada y pacífica, precisamente todo aquello que las circunstancias y las tentaciones violentas actuales están poniendo en peligro continuamente”.
Un desierto, una duna
De Sheherezade a Yo, Carmen supone un viaje en once escenas, que representan las 1001 noches. Las mujeres recorren la noche de un desierto desde que se pone el sol hasta que amanece. Una duna, metáfora del espacio-tiempo, domina el escenario, donde once bailaoras de distintas edades y procedencias escenifican a través del flamenco no solamente la peripecia de Sheherezade sino la de otras mujeres de literatura, compañeras de viaje y lucha, entre las que se encuentran Carmen, por supuesto, Medea, Safo, Úrsula Iguarán, Blimunda, Yerma… y tantas otras. “Son mujeres, puentes, imaginarios y memoria, porque defendemos la universalidad y nos inspiramos en ella. Estamos convencidos de que Sheherzade es andaluza, madrileña, catalana pero también venezolana, colombiana, marroquí y senegalesa…”
Aunque son mujeres de papel, que nacieron (y con tanta frecuencia a manos de hombres, también sufrieron y murieron) en libros insignes, María Pagés quiere que las veamos expresadas a través del flamenco y desde una perspectiva actual. Si algo caracteriza su obra, siempre tan cuidada en las formas pero no menos en los contenidos, es esa necesidad de vincular la actualidad, los horrores e injusticias que vivimos, con una conciencia profunda del peso de la historia. Ese argumento, en buena medida, fue la consideración del jurado que la coronó hace pocos días con el Premio Princesa de Asturias de las artes, todo un triunfo para la danza.
“Los personajes que configuran el imaginario de la coreografía son referentes patrimoniales que las bailaoras y las cantaoras asumen y reinterpretan como mujeres contemporáneas, y lo hacen para reivindicar los modelos que han elevado a valor de mito sus antepasados. En el escenario verás mujeres seguras, emprendedoras, tímidas, valientes, indecisas, devotas, guerreras, frívolas, sobradas, comprometidas… que mueven y remueven, que revuelven entre todas el espacio-tiempo en busca de esa deseada casa común que es la feminidad, paradigma donde todas las diferencias encuentran un lugar y una razón de ser”.
Esta nueva propuesta se ha gestado a cuatro manos entre ella y El Arbi El Arti, compañero de vida y creación, que se encarga de codirigir y asumir el peso de la dramaturgia. “Llevamos trabajando juntos desde el 2010”, nos relata él. “Somos muy diferentes y provenimos de lenguajes y sensibilidades estéticas también diferentes. Nos conocemos mucho, pero en cada proceso nuevo que emprendemos, descubrimos que acabamos de conocernos y empieza así una dinámica dialéctica de la que, al final, acabamos aprendiendo los dos. Nuestra complementariedad es fundamental en el proceso… Cada uno de nosotros aporta lo que tiene”.
