BUSCANDO HOGAR
Aunque no lo aborda de una forma convencional, ‘Asylum’ evoca la situación del emigrado, según nos ha explicado Remi Be’er, director de la Kibbutz Dance Company, que se presenta en el Madrid en Danza. Léelo…
Texto_OMAR KHAN Fotos_EYAL HIRSCH
Madrid, 05 de mayo de 2022
La coreografía se llama Asylum porque evoca y toma su inspiración en la situación de desamparo y desarraigo del que pide asilo fuera de su país, un tema ahora mismo candente, aunque Remi Be’er (Israel, 1957), la estrenó hace ya cinco años, en 2018, para su compañía Kibbutz Dance Company, de Israel. Sin embargo, los que hasta mañana vayan a verla a Teatros del Canal, dentro del Festival Madrid en Danza donde se presenta, no encontrarán ninguna alusión directa ni mucho menos la recreación de situaciones como las que hoy vemos en el telediario.
“Pero el detonante de la pieza está en la reflexión sobre esa situación”, nos explicaba ayer el coreógrafo en Madrid, “está en el sentimiento de sentirse extranjero, en la búsqueda de refugio y un hogar fuera de casa. Intento expresar esas ideas, tan conectadas con la actualidad, desde un mundo escénico evocador”. Asegura que durante el proceso con sus bailarines trabajó ideas relacionadas con identidad, opresión, discriminación, dominación, libertad, pertenencia, inmigración, patria, nostalgia y hogar.
Ahondar en universos humanos muy específicos ha sido así para esta pieza pero también para las muchas que este creador ha montado para la histórica compañía israelí, desde que asumió la dirección artística en 1996. “Cuando llego al estudio a crear una nueva coreografía llevo la idea, pero me aventuro siempre hacia lo desconocido. Sé lo que busco pero no cómo llegar. En el proceso entran los elementos como dimensiones del trabajo: la música, la luz, el movimiento de los bailarines, el diseño escénico, los trajes y textos, que son mis herramientas para trabajar. Hay mucha improvisación y búsqueda hasta que algo específico me da la clave, pero he tenido muchas fuentes de inspiración, que van desde una música, pasando por un poema, un libro, la naturaleza, un animal concreto o una situación humana como la de los asilados políticos”.
Dance Village
Remi Be’er, que nació en el seno de una familia de supervivientes del Holocausto, ha creado para Kibbutz más de cincuenta coreografías en la sede de su agrupación, un centro conocido como The International Dance Village, alojado en el Kibutz Ga’aton, en Galilea occidental, al norte de Israel. Allí funciona su compañía y una agrupación junior, pero en realidad el lugar es un motor de danza, que genera una serie de actividades y programas como el de Danza de Estudios Internacionales en el Extranjero, conocido como Dance Journey o el intensivo de verano Kibbutz Summer Intensive Dance Program.
En este espacio, Be’er ha desarrollado por completo su vida artística. “Me uní a la compañía en 1981 como bailarín y coreógrafo”, rememora. “En el 87 me convertí en asistente de Yehudit Arnon, que fue su directora y una de las fundadoras, y en 1996 me pidió que la sustituyera en la dirección artística. Con ella era una compañía de repertorio, a la que se invitaban distintos coreógrafos, pero cuando asumí la dirección quise que tuviese únicamente una voz y una única personalidad, porque quería darle una identidad con estética propia”.
Fundada a inicios de los años setenta, Kibbutz es la demostración del interés que ha suscitado la danza contemporánea occidental en Israel. Lejos de Tel Aviv, inicialmente trabajó de manera exclusiva con creadores del país, siendo uno de ellos Be’er, que trajo su interés por los multidisciplinar y un estilo que él no cree que siga la línea de la Batsheva Dance Company ni el influjo del que fuera su director, Ohad Naharin, que han terminado uniformando buena parte de la estética de toda la danza israelí.
“Creo que soy una voz diferente. Tenemos una compañía con una historia larga, que tiene voz propia y un punto de vista totalmente distinto. Tenemos otra visión y otra manera de expresarnos, y no hacemos danza abstracta. Nuestras coreografías siempre tienen una lectura entre líneas que quieren hablar de asuntos del momento, de asuntos que tocan y preocupan a la gente en el aquí y ahora”, concluye.
