BOSQUE IMAGINADO
Sin un árbol sobre la escena Mario Bermúdez construye ‘El bosque’, nueva creación de Marcat Dance que se estrena esta noche en el Festival Marbella Todo Danza. Nos lo ha contado…
Texto_OMAR KHAN Fotos_BSLG
Madrid, 27 de abril de 2022
El linóleo, la iluminación y la música. Apenas tres bailarines. Esos elementos sobre el escenario desnudo le bastan a Mario Bermúdez (Vilches, 1987) para construir un bosque entero. A veces, nocturno y acechante. A ratos, pacífico, iluminado e inspirador. Por momentos, tormentoso y amenazante. Aunque no haya puesto ni un escuálido árbol sobre la escena, confía en que los que asistan esta noche al Teatro Ciudad de Marbella para el estreno absoluto de su nueva creación El bosque, en el marco del Festival Marbella Todo Danza, sentirán la fuerza telúrica de su bosque imaginado hasta el punto de creer que lo están viendo. Tiene, en consecuencia, la certeza de que la danza es capaz de producir estas ilusiones y espejismos.
“Quería sentir el animal que llevamos dentro y aproximarme al misterio del bosque”, relata el bailarín y coreógrafo, director de la compañía Marcat Dance, de Jaén. “Todo desde un plano muy metafórico. Lo que he querido es llevar al escenario no solamente el bosque como tal sino también explorar el bosque interior que existe dentro de mí, compartirlo con mis dos bailarinas, con José Pablo Polo, el compositor, con Mamen Gil desde la iluminación y con el público. Quería que se sintiera el misterio del bosque, la identidad del animal, la brisa que sopla, el vuelo de los pájaros, la sensación del amanecer…”
No es la primera, y probablemente no será la última, de sus piezas de tierra. Mario Bermúdez tiene una conexión innegable con lo telúrico. Aunque cada coreografía para su compañía quiera ser distinta de la otra, siempre parece volver de manera intermitente a esa necesidad de contarnos desde la danza lo que él cree que le dice la tierra.
Fue así en Adama, creación sobre la tierra roja de Vilches, donde nació y donde ahora reside Marcat Dance. Una obra que, bonita causalidad, también tuvo su estreno absoluto en este festival marbellí. Pero ya lo era antes, en Alanda, creación de los primeros tiempos, cuando aún bailaba en Tel Aviv para Batsheva Dance Company, y sentía en Israel el aire de Al Andalús, la tierra propia y extrañada.
Fantasía emocional
Es verdad que luego hay obras disparadas por otras motivaciones. Huesos de madera, la anterior para su compañía, entre ellas. “Esa pieza venía de otro lado”, comenta. “Exigía más teatralización porque era la historia de una persona en concreto, una historia real y muy personal que quise llevar a escena. El bosque, no. Lo de ahora es una fantasía que conecta con las emociones y ni siquiera es la escenificación de un bosque en un sentido realista ni literal”.
El bosque de Bermúdez está habitado por él, Catherine Coury, pareja y codirectora de la compañía, y la bailarina italiana Marilisa Gallichio. El público a su bosque llega de noche y acompaña a los tres bailarines en un viaje que va hacia la tranquilidad del amanecer hasta la irrupción de la tormenta, que desvela el lado más iracundo de la naturaleza. “Los intérpretes no somos sol, árbol ni tigre pero creamos esa figura paisajística desde el movimiento”.
Por lo demás, El bosque responde a ese lenguaje, visceral pero calculado, que ya caracteriza a Marcat Dance y que es tan codiciado por otras compañías, que suelen caer seducidas. Hace apenas días, el pasado 14 de abril, estaba en Holanda estrenando uno de los tres segmentos del tríptico The Square, última creación de Scapino Ballet Rotterdam. Y a la vista está terminar una nueva creación, interrumpida por la pandemia, para el Ballet de Toscana, en Florencia.
“Es un reto siempre crear para otros bailarines que no son los tuyos. Pero sé a lo que me enfrento cuando lo acepto. Se trata de, en muy poco tiempo, llevar a esos bailarines a tu terreno. A veces te va mejor y a veces peor, pero debo decir que Rotterdam ha sido una de mis mejores experiencias en este sentido. Hubo muy buena conexión y conseguí lo que buscaba. A mí lo que me encanta es exprimirlos al máximo de sus posibilidades hasta hacerles descubrir el potencial que tienen y ni siquiera saben”, concluye.
