EL AVE FÉNIX DE LA MALTRECHA DANZA TURCA
El reciente documental ‘The Moment Remains’ se centra en la última coreografía de Zeynep Tanbay pero desvela la precariedad y persecución de la danza en Turquía. Estuvimos en el estreno…
Texto_BEGOÑA DONAT
Antalya (Turquía), 02 de noviembre de 2021
La gesta del documental The Moment Remains es, como la vida de su protagonista, la bailarina y coreógrafa turca Zeynep Tanbay, una historia de legado y de resiliencia. La película, estrenada este pasado mes de octubre en el mayor certamen de cine del país otomano, el Festival de Antalya, ha tardado más de una década en concluirse. No es fácil sacar adelante un proyecto independiente hoy día en la república euroasiática, y mucho menos cuando el objeto de estudio es una artista disidente que ha denunciado la opresión a la minoría kurda, el genocidio armenio, la militarización del Estado y las torturas policiales.
Tanbay, no obstante, siempre ha distinguido su militancia de su trabajo en el escenario, donde realiza un esfuerzo para reflejar su perspectiva sobre la vida a través de la abstracción de su arte. “En su vida personal, enfrenta la verdad, la historia y la violencia en pos de un mejor futuro. Son preocupaciones que expresa a través del baile, pero no de una manera explícita. La primera vez que las verbaliza es en este documental”, explicaba a susyQ en Antalya la directora que le ha dado voz, Ebru Şeremetli.
Tanbay era una niña poco habladora que halló en el baile su medio de expresión.Inició su formación en el Swan Ballet Studio de Ankara, “un apartamento convertido en escuela”, y en 1981 se marchó a Nueva York y encadenó becas en la Joffrey Ballet School, las escuelas del Cleveland Ballet, del San Francisco Ballet y de Alvin Ailey.
Lo que empezó siendo una oportunidad formativa se convirtió en una estancia de 16 años, durante la que despuntó como bailarina principal en el Minnesota Dance Theatre. Tras una grave lesión en un pie, puso punto final a su carrera en la danza clásica y retomó el baile descalza, en la compañía de Martha Graham. En 1995 visitó Estambul de gira con su primer solo, montado por la compañía de Elisa Monte.
Al poco tiempo, regreso a su tierra y en 2000 montó la única compañía de danza contemporánea independiente del Estado y la primera en ser esponsorizada, el Zeynep Tanbay Dance Project.
Bajo el parecer de Tanbay la danza contemporánea en Turquía “se está desarrollando contra todo pronóstico, principalmente en Estambul y en Ankara. La formación es muy mediocre y se desarrolla lentamente. Sin el sostén económico del patrocinio, bailarines y coreógrafos independientes sólo unen fuerzas para las actuaciones y tienen dificultades para trabajar con regularidad. Dadas las circunstancias, me alegra que todavía haya artistas talentosos que estén ansiosos por realizar y crear”.
El final solo es el principio
The Moment Remains abarca la recta final de la compañía, que logró integrar a 10 bailarines profesionales. La película documenta, de 2006 a 2012, el proceso creativo de su última coreografía, los ensayos, el estreno, las candilejas y la convivencia durante la gira. Han sido seis años para montar una única pieza.
“Esta película es un intento de descubrir qué puede representar el movimiento bajo la presión de la inestabilidad política, ecológica, económica y cultural, en la espiral de asesinatos políticos sin resolver, de violencia, guerra y migración forzada”, detalla Şeremetli.
Las presiones políticas llevaron al cierre de la compañía. De resultas, durante siete años, Tanbay estuvo en paro, señalada por la peligrosidad de sus ideas. “Nadie quería patrocinar el proyecto, lo sentenciaron a muerte por mis actividades políticas”, comparte.
Con 60 años, la reputada coreógrafa y bailarina descarta volver a retomar su compañía y revela que la plantilla que la acompañó en esta iniciativa ilusionante “tratan hoy de sobrevivir como bailarines, coreógrafos y docentes en un país donde hay poca esperanza y no demasiadas oportunidades”.
Zeynep se mantiene activa en el apoyo y la difusión de la danza contemporánea en su país, tanto como docente universitaria como programadora de propuestas internacionales en el Cemal Reşit Rey Concert Hall de Estambul.
Bajo su parecer, la danza puede ser un vehículo de cambio tanto social como individual. “El baile es una herramienta para descubrir tus fortalezas y capacidades físicas, mentales y espirituales. Si buscas un cambio individual debes bailar. Y cada cambio individual conducirá a un cambio social. Por otro lado, los problemas sociales y mundanos son el punto de partida creativo para cualquier artista contemporáneo en cualquier campo. Pero cuando la verdad se pronuncia con palabras puede ser difícil de aceptar y provocar una actitud defensiva. Sin embargo, cuando se dice a través del movimiento, brinda la oportunidad de pensar, comprender y, lo más importante, sentir”.
