BAJO LUCES DE NEÓN, ARRANCÓ CÁDIZ EN DANZA
Metamorphosis Dance triunfó en la noche inaugural del festival gaditano, durante un primer fin de semana en el que destacaron también Daniel Abreu y Lucía Vázquez. Allí estuvimos y así lo vivimos…
Texto_OMAR KHAN Fotos_LOURDES DE VICENTE
Cádiz, 14 de junio de 2021
Sentida y cálida fue la ovación que el público ofreció la noche del pasado sábado a Elkarrizketa Ilunak (en la foto), coreografía de neones y fisicalidad de Metamorphosis Dance, que dejaba así inaugurada en el Gran Teatro Falla, la XIX edición del Festival Cádiz en Danza. Un buen comienzo para el ya tradicional encuentro gaditano con la danza, que se extenderá hasta el próximo domingo 19 de junio con una amplia y apetecible oferta de calle y sala.
Por lo pronto, agitado, variado, emocionante y divertido resultó este primer fin de semana, en el que asistimos además, a la reposición de Perro, viejo solo de Daniel Abreu, ahora reactivado; al solemne y casi ritual dueto Mazari, de la sevillana Lucía Vazquez & Shatoisi Kudo, y también a la fiesta que arma la compañía gallega Pisando Ovos, en su propuesta Directo 9, que nos remueve la nostalgia por los conciertos en directo, esos de los que gozábamos antes de la pandemia.
Avalada por el Premio Nacional de Danza 2020, la creadora y bailarina vasca Iratxe Ansa, siempre en complicidad y sintonía con Igor Bacovich, afianza su línea estética y vocabulario físico para la compañía Metemorphosis Dance, en Elkarrizketa Ilunak (Conversaciones a oscuras, en vasco), una obra formalmente deslumbrante en la que el diestro equipo de bailarines, que incluye a los dos directores, interactúa constantemente con los tubos de neón de cambiantes colores que pueblan e incluso invaden el escenario, en esta puesta en escena sobria y bella, aunque también intencionadamente fría y distante.
Memoria histórica
Lorena Benot, que desde este año releva al histórico fundador y director del festival Pepe Vélez, ahora disfrutando como espectador tras su jubilación, da forma a su trascendente idea de recuperar cada año una obra que fue éxito en algún momento de los casi 20 años de permanencia del encuentro gaditano, en un pequeño y necesario gesto de recuperación de la memoria de nuestra danza. De esta forma recuperamos Perro el pasado sábado en la acogedora sala Central Lechera, y pudimos reencontramos con la belleza inquietante de este solo estrenado por Daniel Abreu en 2006. El artista, ahora quince años más maduro, puede darse por satisfecho. Su vieja obra, en la que se verifican algunas constantes hoy reconocibles en trabajos suyos de envergadura como La desnudez o El hijo, luce joven en su vejez. El peso e importancia que otorga al gesto en su insólito arranque, ese tono erótico con un desnudo que estando en el filo nunca traspasa la vulgaridad, y esa belleza formal que culmina en prodigioso y desesperado aleteo de brazos son momentos que siguen emanando emociones auténticas que se esparcen por la platea.
El mismo espacio fue ocupado ayer domingo por la rigurosa sobriedad de Mazari, dueto tranquilo, casi contemplativo, desarrollado desde una elegancia y limpieza ciertamente de aires nipones por Lucía Vazquez, bella bailarina, y Satoshi Kudo, sosegado intérprete, quienes van avanzando sin prisa hacia lo mejor de la propuesta, ese final de amor y reconocimiento en el que ambos se fusionan bajo el mismo ropaje.
Mar escenográfico
Entrecatadrales, espacio blanco de cara al mar, es probablemente uno de los espacios urbanos más privilegiados de todo el país para ver danza de calle. La escenografía imponente del mar al fondo realza cualquier coreografía. Lo han comprobado este fin de semana los vascos de la agrupación Osa+Mujika, cuyos trajes de colores vivos en el delirante y llamativo dueto Expectations will not kill you (en la foto) parecían más brillantes bajo ese sol. Le ocurrió lo mismo, gaviotas revoleteando incluidas, a la muy emotiva y visualmente sugerente propuesta Scotoma, primer trabajo de Lisard Tranis & Clémentine Télesford, bailarines de la compañía catalana Guy Nader & María Campos, y lo experimentaron también el dueto de guerreras de The Fight, enérgica obra de Lasala, compañía que dirige en País Vasco Judith Argomániz y el dueto masculino, entrañable, ágil y divertido, que forman Chey Jurado y & Akira Yoshida, en la muy dinámica Hito.
